jueves, 19 de abril de 2012

Playas de maniobras (Villa María Gravitación)

19 de Abril de 2012

Rissieri Bettiol, trabajó en el ferrocarril desde la época de los ingleses y cuenta la historia.

Las playas de maniobras de ferrocarril con un sistema de gravitación, ubicadas en las afueras de Villa María, fueron las más importantes de Sudamérica y las que le dieron origen al populoso sector de la ciudad que supo ser comuna independiente hasta que se incorporó a Villa María en 1967.

Rissieri Bettiol fue vecino de Las Playas y trabajador ferroviario. Cuenta la historia del barrio ligado al tren. El barrio creció al amparo del ferrocarril



Rissieri Bettiol es uno de los pocos trabajadores del ferrocarril que inició su actividad cuando la empresa aún pertenecía a la compañía inglesa.

Hoy, un activo miembro del Centro de Jubilados Los Fraternales, es un testigo vivo de la historia del surgimiento de Las Playas, donde vivió durante más de 30 años.

Ingresó en 1947 como aspirante a foguista cuando el ferrocarril era una gran fuente de empleo para la ciudad. “Imagínese que por turno, en las playas de maniobras, trabajaban 350 personas”, recuerda.
Además, cuando venía “el vagón de pago, le traía los haberes a 1.500 personas”. Resulta pintoresco imaginarse el vagón instalado, con custodia, en la zona vial ubicada en el centro de la ciudad, con un pagador que detrás de una ventanita entregaba los sobres con el dinero de los sueldos.

El barrio Las Playas se conformó primero con las viviendas del personal del ferrocarril, en el año 1925. “Como hijo de ferroviarios llegué a vivir en los chalés, que eran las casas para los jerárquicos”, recordó.

Con lenguaje técnico que habla de los oficios que requería el movimiento intenso de los trenes (circulaban 12 por turno), relató la manera en la que se construyeron las playas de maniobras, movilizando toneladas de tierra para hacer los desniveles que permitían, por gravitación, que los vagones se vayan “acomodando” donde correspondía.


“El tren pasaba por la balanza y después, por el declive, cada vagón bajaba como consecuencia de la gravedad (por eso se llamaban también playas de gravitación) hacia el lugar que correspondía. Para que no chocaran con fuerza unos con otros, había peones que calzaban una especie de barras con las que se iba frenando unos metros adelante, para acomodarse suavemente uno detrás de otro”, relató.
Como lamentable de la época, Rissieri Bettiol recuerda “que vio mucha gente morir atrapada por los vagones porque esa tarea era muy riesgosa, especialmente de noche y cuando llovía”.

Mientras el barrio crecía al ritmo del crecimiento de la empresa ferroviaria, ya desde 1948 en manos del Estado nacional, se iban construyendo más casas. “Fue siempre un barrio obrero. Primero éramos los ferroviarios, pero después empezó a vivir allí la gente que trabajaba en la Fábrica Militar.”

Con el correr del tiempo, las instituciones le iban dando un perfil definido al barrio gobernado por una comisión de vecinos. “Era muy importante el Club San Lorenzo, ahí jugábamos al fútbol. Yo era el arquero”, recuerda el jubilado ferroviario.

Un capítulo especial de la memoria está dedicado al trencito de Las Playas, que demoraba 15 minutos en cubrir la distancia que separaba a la barriada con el centro de la ciudad. “La locomotora te quedaba, al llegar, al final del convoy, por lo que se preparaba todo para que circulara con los vagones adelante y la locomotora atrás en el trayecto de ida al centro y viceversa en el regreso”, dijo.
“Me acuerdo que tenía cinco paradas: la del bulevar Sarmiento, la del barrio Rivadavia, la de la playa de gravitación y la final, que estaba en el galpón”, recordó.

Se ilumina cuando recuerda su vida laboral en el ferrocarril, pero no puede dejar de ensombrecerse cuando en el año 1992, la empresa, la gran empresa que dio vida al barrio, pasó a manos privadas. “No voy a olvidar nunca cuando se la entregaron a Nuevo Central Argentino y a Ferrocentral. La gente se quedó sin el tren que unía pueblos, porque se transportaba no sólo grandes cargas y pasajeros, sino que iba también desde una carta hasta una gallina. Y los trabajadores sufrieron el dolor de haber sido declarados prescindibles. Muchos compraron un remise, otros hicieron changas, pero la mayoría quedó desocupada”, concluyó.

El dato
En 1935 se crea el histórico Club San Lorenzo, donde se desarrollaban diferentes actividades que integraban a toda la familia.
Un grupo de vecinos, que era de San Lorenzo, decidió tomar otro rumbo y fundaron, en 1935, el otro club que le da identidad a Las Playas: Sportivo Juniors, famoso por sus bailes y reuniones sociales.

http://www.eldiariocba.com.ar/noticias/nota.asp?nid=50470

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