viernes, 10 de mayo de 2013

Sólo los cargueros alteran la quietud de Simoca

Viernes 10 de Mayo de 2013.

Alberto Horacio Elsinger
LA GACETA
aelsinger@lagaceta.com.ar


La estación del troncal C del ex Belgrano se habilitó en 1880. Pero en 1876, cuando se inauguró la línea, apenas era una parada. Hasta 1987 operaron trenes de pasajeros por sus vías. Desde 1993 sólo la atraviesan semanalmente convoyes de cargas con custodios. En el edificio de viajeros reside su último jefe de estación. La Feria ocupa parte de su playa de maniobras y de canchones.

EL ULTIMO JEFE. Faroles en manos, Carlos Bazán evocó su gestión ferroviaria en la estación Simoca. En 1993 fue cesanteado e ingresó a la municipalidad. Hoy reside en el edificio de viajeros. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL.



"El viaje empieza por la antigua estación de trenes y desde el momento mismo en que el gallo canta donde está la casa con el techo de dos aguas, vertical como una estatua creada por el tiempo..." , dice el poeta Angel Leiva en "Tierra Querida", el libro con el cual entró a formar parte de la sencilla historia literaria de su amada Simoca.

Y en ese lugar, que primero fue apeadero y después estación, una hilera de álamos cambió su paisaje. Esa fila de árboles gigantes la separa hoy del predio ferial simoqueño. En este presente de abstinencia de viajeros en su andén y de múltiples nostalgias de gestos y emociones diversas con manos que agitaban pañuelos, una intrépida pareja se acaricia -en un cuerpo a cuerpo sin treguas- prescindentes de tantas historias y de tantas vidas transcurridas.

OTRA FISONOMIA. El andén, la galería, la vía, los álamos y el predio ferial.



Las valijas de cartón. Los curiosos que miraban sin disimulo: ¿quiénes partían y quiénes llegaban? El silbato de salida. Aquellas gorras y el uniforme marrón. Los changos con canastos de empanadillas y rosquetes. Y ese sonido tan metálico de las ruedas del tren cuando la larga formación de coches comenzaba a rodar. Los besos y los abrazos. Las lágrimas y las promesas. Todo es nada hoy bajo ese techo de la construcción inglesa. Un ejército de fantasmas y de quimeras se esfuman ente la calidez y la luz de los rayos solares.

Los límites


En ese predio delimitado por las avenidas Leandro Alem, al este; Congreso de Tucumán, al oeste, y los "pare, mire, escuche" -pasos a nivel- de Ricardo Balbín, al sur, y Arturo Illia, al norte, sólo quedan el edificio de viajeros y dos pares de vías visibles. Antes de la privatización ferroviaria eran cinco los caminos de hierro de la playa de maniobras. Esta era lindera al canchón de los cargaderos de cañas. Un tercer dúo de raíles, de tramo en tramo, es apenas visible. El resto de las vías se mimetizaron con el suelo y con los puestos de la feria más antigua de la provincia. En ese predio hubo un tiempo donde braseros de provincias hermanas y del interior tucumano obtenían el sustento diario. Armaban y cargaban atados de caña de azúcar. La materia prima -típica de nuestro otrora monocultivo- que endulza el paladar de integrantes de muchos hogares argentinos.




POSTALES. La 25 de Mayo desde la estación y en los 70. A la derecha las vías de sur a norte, desde la Balbín.


"Vine a Simoca en el 77 como auxiliar. En esos años aún circulaba el coche motor que iba a Frías (Santiago del Estero) y uno doble, que le llamaban El Cordobés, dos veces a la semana, que iba y volvía a la capital de esa provincia. Después de un par de años me ascendieron a Jefe de Estación", contó Carlos Alberto Bazán, de 59 años y padre de nueve hijos, que reside en una de las alas de la construcción de la estación.


POSTALES. La 25 de Mayo desde la estación y en los 70. A la derecha las vías de sur a norte, desde la Balbín.


El hombre, último titular de esta escala ferroviaria del troncal CC, que fue cesanteado en 1993 y actualmente es electricista municipal, añade: "durante mi desempeño también despaché al Cinta de Plata. Hubo un tiempo que pasaron el Internacional y el tren de palo o marrón, el local. Pero a este último alcancé a verlo muy poco. Esa formación andaba más por el ramal CC 12 desde La Madrid a Concepción y luego hasta San Miguel de Tucumán. Por acá venía cuando cumplía servicio hasta La Madrid".

Los vendedores
"En estos andenes se vendía miel de caña, pan casero, caña, cigarrillos de chala. El tren sólo paraba un minuto en la década del 70. Pero más antes la escala era de mayor tiempo. Los sulkys estacionaban a lo largo de la estación y en la esquina, donde estaba el famoso pacará", explicó Rubén Solórzano, de 72 años, ex auxiliar de la estación Simoca, con 31 años como ferroviario. El ahora jubilado Solórzano, casado y padre de ocho hijos, trabajó en varias estaciones del norte como Perico, La Mendieta, Yuto, Caimancito, Ledesma y Maquinista Verón (Monterrico) de Jujuy, y Pichanal, Salta, hasta ser destinado a Simoca. Añade: "Eramos cinco empleados en la estación. Sin contar los de vías y obras. Vendía pasajes, atendía los trenes, las cargas, las encomiendas y a veces, hasta participaba de maniobras en la playa. Me acuerdo del 1221 que iba hasta La Madrid y luego retornaba. Viví más los tiempos de las diesel. Los trenes de carga llegaban al Central Córdoba y los de pasajeros a Tucumán N, en El Bajo. Aunque mi padre fue oficial de justicia, mis hermanos, Dardo, Luis y Darío, que ya fallecieron, también fueron ferroviarios".

Vías y Obras

Pedro Díaz, de 68 años, vive en una de las denominadas casillas (casas) del ferrocarril. A metros de donde antes se encontraba la plataforma giratoria, para dar vueltas las máquinas (Congreso y 25 de Mayo). "Era capataz de cuadrilla. Hasta 1992 cubríamos 10 km. Después levantaron Río Colorado y Bella Vista y abarcábamos desde Atahona hasta García Fernández. Una vez un tren carguero nos atropelló la zorra, en el km 107, pero gracias a Dios no nos pasó nada", recuerda.

DESDE EL ANDEN SIMOQUEÑO

- ORIGENES.- La instalación de los rieles de la línea Recreo (Catamarca)-Tucumán Central Córdoba se hizo a gran velocidad. El 28 de septiembre de 1876 pasó el primer convoy por Simoca. Pero el trazado se inauguró oficialmente el 31 de octubre de 1876. Un día antes había arribado el primer tren con la locomotora Avellaneda a la primera estación ferroviaria de San Miguel de Tucumán, Central Córdoba.

NO DESCARRILA. El acceso sur a la estación creada en 1880. Entre medio de las vías un tractor juega a ser tren.


- MONTEAGUDO VIEJO.- De acuerdo al libro de la profesora María C. Macedo de Ibri, en 1876, el apeadero Simoca se encontraba entre las estaciones Güemes, sobre las márgenes del Río Seco, y "Yepe" (o "Yepener"). Más tarde, esa población fue llamada Monteagudo Viejo, en el km. 1.220, hoy conocida como Manuela Pedraza.

- SAN BERNARDO.- Luis Córdoba, guionista de un programa tanguero simoqueño, evocó al barrio San Bernardo, ubicado al este de la estación. "Ahí estuviste siempre, por avenida Alem. Esa que por las primeras décadas del siglo pasado sólo era el límite este de la ciudad, lindando con la playa de maniobras de cargas. Frente a la estación, la casa de doña Etelvina Agüero. El punto de encuentro eran el 'Turco' Jacinto y doña Negrita. En una esquina, la familia Curia. En la otra, el taller de herrería de ´Piquín´ Rodríguez...".

- RUIDOS DE FERIA.- "Barrio San Bernardo -añade Córdoba-, el que todos los sábados se despierta temprano con los ruidos de ferias. Tu historia está en profundas huellas de carros cañeros, traqueteos de sulkys y tropel de caballadas, silbatos de trenes, estibas de cañas en los cargaderos, vendedores de empanadillas y rosquetes; sos testigo de alunados festivales...".

- MAQUINARIAS.- La historia oral simoqueña pregona que a través del ferrocarril se transportaron desde el puerto de Buenos Aires hacia los ingenios Providencia, Santa Rosa, Santa Lucía y Ñuñorco, las maquinarias para esas fábricas. Aún más, estás fueron descargadas en Simoca y trasladadas a sus destinos en aipas (carretas con ruedas y ejes de madera) y en otros vehículos de circunstancia.




- PRIMER JUGUETE.- "Cuando Eva Perón vino en tren a Tucumán, al pasar por Simoca, regaló juguetes a los niños y el poeta Angel Leiva pudo hacerse de un pato", contó Tito Aguirre. Evita visitó el Jardín de la República dos veces. Una entre el 30 noviembre y el 2 de diciembre de 1946 y otra, entre el 4 y 5 de junio de 1950.

- EL CAMBIO.- Era tanto el movimiento del apeadero Simoca, que el ferrocarril decidió levantar la estación Güemes y trasladarla a Simoca. Fueron los pasajeros constantes del tren los que restituyeron el nombre de Simoca a la población que el presbítero Silvestre Reyna había bautizado, el 24 de septiembre de 1859, como Pueblo de Mercedes, al inaugurarse la nueva iglesia dedicada al Santuario de Mercedes.

Desde 1876 a 1880 fue apeadero

En 1874 -según la profesora María C. Macedo de Ibri-, llegaron los primeros trabajadores del ferrocarril. El campamento se estableció en "Los Pacarás", a orillas del entonces Pueblo de las Mercedes. Construyeron el "apeadero Simoca" que se habilitó en 1876. En 1880, al edificarse la parada de estilo victoriana, fue estación.

http://www.lagaceta.com.ar/nota/544117/sociedad/solo-cargueros-alteran-quietud-simoca.html

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